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La Mesa de Participación de Asociaciones de Consumidores (MPAC) ha presentado los resultados de la "Encuesta de Hábitos de Consumo 2017", con los datos referentes a la Comunidad Valenciana, en la que han participado cerca de 250 familias.
De los resultados de la encuesta se desprenden, entre otras conclusiones que en cuanto a “Hábitos de compra”, la mayoría de los encuestados señala los supermercados como su lugar habitual para realizar su compra, y la mayoría (61,8%) prefiere acudir al establecimiento andando, mientras que la compra online no supera el 1%. Por otra parte, optan mayoritariamente por los productos frescos frente a los congelados o platos preparados/conserva.
Respecto a las decisiones de compra y consumo, la cercanía, la calidad y el precio son los factores mayoritarios para decidor el lugar, mientras que la compra de los diferentes productos se hace en función de la calidad, sus preferencias personales y el precio.
Así mismo, más del 40% de los consumidores afirma que cuando compra por internet, los productos son seguros y de calidad, y más del 60% considera que, al realizar la compra online, tienen los mismos derechos que cuando compran directamente en un establecimiento.
Información del producto
En el apartado de etiquetado y nutrición, los consumidores consideran las etiquetas de los productos útiles (37,3%), poco visibles (30,6%), confusas (23,8%) y no relevantes (6,3%), mientras que un 1,8% asegura no leer las etiquetas. La composición y la fecha de caducidad son los elementos informativos más valorados.
Las principales cualidades que les gustaría a la mayoría de los encuestados que tuvieran las etiquetas es que fueran más sencillas, con letra más grande y con menos palabras técnicas.
Finalmente, en cuanto a la responsabilidad social y el desperdicio de alimentos, una gran mayoría de la población valenciana considera que es un problema importante y que la responsabilidad es compartida entre consumidores, distribuidores, administraciones públicas, hostelería y productores. La solución a este problema pasa por una gestión y concienciación del desperdicio y un reparto más equilibrado y solidario de alimentos.